La tecnología de telecomunicaciones Fiber To The Home (FTTH) se basa en utilizar cables de fibra óptica y sistemas de distribución ópticos adaptados a esta tecnología para distribuir servicios avanzados como internet de banda ancha o televisión, donde CENTUM ha tenido un papel protagonista en la integración, aseguramiento de la calidad y puesta en servicio a nivel mundial de una de las plataformas de televisión actualmente más comercializadas. Según datos del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital (MINETAD), en torno al 63% de la población, 17 millones de hogares, tiene acceso a una red de este tipo.
Ventajas e inconvenientes
Las redes puras son un medio de transmisión que ofrecen una alta capacidad a la hora de transportar datos, velocidades simétricas de subida y bajada, son inmunes a las interferencias electromagnéticas y tienen baja atenuación, esto permite enlaces de muchos kilómetros sin que la señal pierda potencia. Otro beneficio, es la seguridad, ya que las transmisiones no pueden ser interceptadas por otros sin que el usuario se dé cuenta.
Pero esta tecnología también presenta inconvenientes como la delicadeza del material, el cual se puede romper con facilidad. Por ese motivo, los cables de fibra pura van cubiertos por plástico.
Acuerdo histórico
Recientemente, Telefónica y Vodafone han anunciado un acuerdo que permite a la filial del grupo británico acceder a la red de FTTH del operador histórico en zonas no reguladas, en las 66 ciudades más pobladas y en las que Telefónica no tiene obligación de compartir su nueva infraestructura porque la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC) considera que hay competencia suficiente. Además, el operador rojo también tendrá acceso a una parte significativa de la red de fibra FTTH en zonas reguladas por lo que pasa a tener acceso a un total de 17 millones de unidades inmobiliarias.
Según el MINETAD, la CNMC determina las condiciones en las que los operadores de telecomunicaciones “pueden emplear la red del operador u operadores designados con poder significativo de mercado, para ofrecer sus propios servicios de banda ancha en competencia con los ofrecidos por el operador u operadores propietarios de dichas redes. Asimismo, con el fin de promover la competencia, la CNMC puede imponer obligaciones simétricas que aplican por igual a la totalidad de los operadores”.
Como consecuencia de este acuerdo, España se despide de las tres redes fijas de nueva generación en paralelo. Estas tres redes formaban un escenario que podría haber asegurado una competencia efectiva a largo plazo, como venían haciendo, a la vez que una gran inversión económica a nivel infraestructuras.
El otro modo de verlo es como una inversión por triplicado orientada a un mismo fin que conllevaría costes elevados y acabaría afectando al usuario final. Sería como tener las autopistas por triplicado y pagar a una o a otra compañía por usarlas. Hasta el momento, el mercado español ha demostrado que los precios no van tan ligados a los costes sino a la voluntad de conquistar cuota de clientes a sus rivales. Por lo anterior, gracias a este acuerdo, ambos operadores se verán beneficiados, Vodafone mejora su situación competitiva y podrá acceder con fibra a mayor número de clientes y podrá orientar sus inversiones a otras áreas como las redes móviles donde es líder con su red 4G y Telefónica se asegura con un compromiso mínimo garantizado, quitándose con ello el temido “cherry picking” (tener que llegar a acuerdos por conjuntos pequeños de clientes), unos ingresos fijos que esperemos siga invirtiendo en seguir desplegando fibra al mismo ritmo que hasta ahora, a pesar de sus amenazas de ralentizarlo.
Por su parte Vodafone y Orange se han comprometido a mantener el ritmo de despliegue que tenían previsto en su acuerdo de despliegue conjunto, ya que entre ellos el acuerdo sigue vigente.
En el futuro habrá hueco para nuevos acuerdos con diferentes operadores y tecnologías, como parece que ocurrirá con el 5G. En cualquier caso, el hecho de que dos de los grandes operadores en España lleguen a un acuerdo al margen de la regulación, es un claro síntoma de madurez del sector, y supone un punto de inflexión para las futuras estrategias e inversiones de los grandes operadores de telecomunicaciones en España.